El 9 de octubre de 1238 Jaume I,
llamado el Conquistador, entraba triunfal en la ciudad de Valencia con motivo
de su gran conquista tras la toma de Mallorca y las baleares.
En 1976, la Mesa de Fuerzas
Políticas y Sindicales proclamó esta fecha como la Diada Nacional del País
Valencià. Un año después, 1977, el Pleno Parlamentario adoptó el mismo acuerdo.
Desde entonces, surgió el movimiento que pedía el Estatuto de autonomía.
Al año siguiente, este acto se
reafirmó como una reivindicación blavera o nacionalista española, que tuvo
lugar con actos violentos, hasta el punto de agredir al alcalde de Valencia y
quemar la bandera del Consejo Preautonómico del País Valencià.
El término “Comunidad Valenciana”
se utiliza por primera vez en 1978, tras el Acuerdo de Benicásim, entre la
derecha y la izquierda valenciana. Dicho acuerdo es roto este mismo año por la
UCD, la cual propuso cambiar la bandera por la señera coronada valenciana.
Por lo tanto, el 9 de octubre, es
para todos los valencianos, de izquierdas o de derechas, un día de
reivindicación de nuestras señas de identidad.
Quizás, este año sea más
necesario que nunca reivindicar nuestro Estatuto de Autonomía, ya que nuestra
tierra tendrá un mejor futuro si conservamos nuestro autogobierno.
La Comunidad Valenciana, no puede
estar sometida a las órdenes del Estado, un Estado que con el Partido Popular
pretende desmantelar las autonomías con el pretexto de la crisis, creando un
estado centralista.
Es imprescindible para nuestra
tierra, la valenciana, que dispongamos de todos los instrumentos políticos y
económicos para poder tomar nuestras decisiones y facilitarnos así la salida de
la crisis.
No podemos permitir como valencianos
que el PP venda nuestra autonomía al Gobierno de Rajoy a cambio de un rescate
económico. Un gobierno que no invierte en nuestra comunidad todo lo que debería
y que hunde el Estado de Bienestar y nos lleva a la ruina económica.
Lo único que estamos consiguiendo
con los gobiernos del PP, tanto autonómico como nacional es que la sociedad
valenciana seamos menos libres y tengamos menos derechos. Los mejores ejemplos
los estamos viendo en educación o sanidad, donde los valencianos tendremos que
pagar por algo que ya estamos pagando con nuestros impuestos, el llamado
copago. Pretenden privatizar nuestra vida, condenando así a las personas más débiles
y favoreciendo a las más fuertes.
Es por ello que, este 9 de
octubre de 2012, más que nunca debemos reivindicar nuestras señas de identidad
que siempre nos han caracterizado como pueblo valenciano y tenemos que decir
alto y claro que los valencianos y valencianas queremos asegurarnos nuestra
tierra potenciando la economía, la sanidad y la educación públicas y de calidad
sin pagar dos veces por lo mismo.
Es el momento también de exigir
al gobierno de la Generalitat Valenciana transparencia y una gestión eficaz.
Deben dejar de lado los grandes eventos para centrarse en el gran problema del
paro, ya que alrededor de 600.000 personas en nuestra autonomía tienen un
futuro incierto a causa del paro.
Este 9 de octubre, las
valencianas y valencianos tenemos que alzar nuestra voz para reivindicar lo que
nos pertenece como pueblo valenciano para recuperar el bienestar social que nos
merecemos.
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