sábado, 20 de mayo de 2017

LA GRAN OPORTUNIDAD DEL PSOE



¿Cómo el PSOE hemos llegado a esta situación?

Nos tendremos que remontar a épocas del Presidente Zapatero. Tras una primera legislatura brillante, en la segunda legislatura llegaron tiempos difíciles, los cuales no quisimos asumir y, comprendo la complejidad de la situación, pero los socialistas deberíamos haber sido valientes, tendríamos que haber dicho no a las duras imposiciones económicas venidas desde Europa y por dignidad haber convocado elecciones por no poder continuar cumpliendo con nuestro programa.  

Llegaron las Elecciones Generales del  2011 con Rubalcaba como candidato, cuando pagamos las consecuencias y pasamos de 169 a 110 diputados y una bajada de más de 4 millones de votos.

Los socialistas, en febrero del 2012, en nuestro 38 Congreso dejamos perder la oportunidad de llevar a cabo una renovación y regeneración política de nuestro partido. Alfredo Pérez Rubalcaba se impuso a Carmen Chacón en una ajustada votación.

Ante una situación de crisis económica y social, donde el descontento de la sociedad era palpable, en enero del 2014 surgió Podemos, fruto de este descontento social y de desencantos con los partidos tradicionales.

En mayo del 2014 se celebraron Elecciones al Parlamento Europeo. Nuestra candidata Elena Valenciano obtuvo una de las mayores derrotas con 14 escaños y 2.5 millones de votos menos.
En julio de 2014 tuvo lugar Congreso Federal Extraordinario del PSOE. En aquel entonces, mi opción fue Eduardo Madina, frente a Tapias y Pedro Sánchez, el cual ganó aquel congreso.

En diciembre del 2015 se celebraron Elecciones Generales en España. Nuestro candidato socialista era Pedro Sánchez. En un difícil clima social y político y con el surgimiento de dos nuevas fuerzas políticas, vaticinaban los peores resultados de la historia del PSOE. Y sacamos 90 escaños (20 escaños menos y 1.4 millones de votos menos).

Se planteaba un panorama político nuevo, sin mayorías absolutas y con una composición parlamentaria más plural, por lo que se requería por parte de todos los partido capacidad de diálogo y entendimiento para formar gobiernos de coalición.

El 28 de diciembre en el seno del PSOE tuvo lugar reunión del Comité Federal en el que los miembros del mismo pusieron líneas rojas para formar pactos: No querían al PP, no querían a Podemos, no querían independentistas, tampoco nacionalistas… Es decir, la opción era pactar con Ciudadanos, pero sabíamos que era una muerte anunciada. También poner en valor la falta de receptividad de Podemos, los cuales entraron como un elefante en una cacharrería pidiendo la vice presidencia, comunicaciones, CNI… En definitiva, la coalición PSOE-Ciudadanos no llegó a buen puerto.

En junio de 2016 hubo otra vez Elecciones Generales. Se planteaba para el PSOE un panorama más difícil si cabe. Con la que le caía internamente y con la presión social del famoso “sorpasso”, las encuestas daban a los socialistas en el mejor de los caso el tercer puesto. Pero, en mi opinión, el PSOE con Pedro Sánchez mantuvo el tipo siguiendo siendo la segunda fuerza política y manteniéndose primera fuerza de izquierdas, aunque se perdieran 5 escaños y 100 mil votos menos.
En mi humilde opinión, si las diferentes partes del PSOE hubiesen estado más por la labor de sacar buenos resultados en lugar de estar engrescados internamente, otro gallo hubiese cantado.
En este panorama desolador, llegó el 1 de octubre, uno de los días más negros de la historia del PSOE. En el cual derrocaron al Secretario General. Nos impusieron una gestora que ha ignorado a la militancia y ha tomado decisiones importantísimas por todos. Porque una gestora no puede modificar censos, ni puede tomar decisiones importantes ni tampoco puede durar más de 90 días. Y esta, no solo nos ha ignorado, sino que además ha permitido con el beneplácito de 4 más darle el gobierno al PP traicionando la confianza de más de 5 millones de personas.

Y desde ese momento, a pesar de todo, ocurrió algo mágico: el resurgir de las bases del PSOE (dicen que no hay mal que por bien no venga) saliendo a las calles a rebelarse contra la caída de un Secretario General y Candidato elegido por la militancia.

Siento una gran emoción por este momento que estamos viviendo en el PSOE. Jamás habría imaginado este resurgir de las bases, unas bases que llevábamos mucho tiempo, demasiado, en una fase de aletargamiento profundo. Un aletargamiento en el que los/as militantes mayoritariamente pagábamos nuestra cuota, llenábamos actos y pegábamos carteles. Agrupaciones locales vacías, tanto de debate como de militantes y simpatizantes.  ¿Y qué ha pasado durante este tiempo? Que 4 han estado tomando las decisiones por todos nosotros. Y se han creído dueños, amos y señores de un partido que nos pertenece a todas y todos. Pero esto está llegando a su fin.

No queremos ser un partido de súbditos ni de personas obedientes, sí leales y respetuosas, pero no personas que agachemos la cabeza y callemos ante lo que no nos guste o nos parezca injusto. Tenemos que ser un partido de mujeres y hombres libres y valientes.

 Y por eso estamos aquí: para recuperar el honor y el orgullo de ser socialistas, pero también para pedir disculpas a nuestros simpatizantes y votantes.

Y ya está bien de engaños, no queremos podemizar al PSOE. Queremos que el PSOE sea un partido que aspire a ser la primera fuerza política en España o, en su defecto, el eje vertebrador de futuras alianzas de izquierdas. Porque así lo han hecho en otras comunidades autónomas como Castilla – La Mancha, Aragón o la Comunidad Valenciana. Pero parece ser que en estas comunidades la receta de pactar con otras fuerzas de izquierda sí vale, pero la misma receta para gobernar España no.

Queremos volver a ser el PARTIDO SOCIALISTA: Obrero y de izquierdas. Ese partido que está al lado de las personas más necesitadas, ese partido que lucha por una sociedad más justa, solidaria e igualitaria. Y lo queremos lograr desde el ecologismo, desde el feminismo, desde la igualdad de oportunidades, desde la laicidad, preocupándonos por una sanidad y educación públicas, mejorando los derechos de los trabajadores, haciendo que pague más quien más tenga… En definitiva, desde la izquierda. Esa izquierda que jamás deberíamos haber abandonado y así, otros, no la hubiesen ocupado.

El Partido Socialista Obrero Español no está muerto. Todo lo contrario. Podrá haber cosechado malos resultados electorales en los últimos comicios, pero está más vivo que nunca. Y así se está demostrando en este proceso de elección del nuevo Secretario/a General. Una militancia movilizada con su candidato/a, unas primarias con un debate histórico en España y público entre los tres candidatos, sin tapujos, sin miedo, sin guiones previos. Eso muestra la valentía y la democracia de un nuevo tiempo que está por venir. El próximo domingo 21 de mayo, los/as socialistas elegiremos desde la valentía y la libertad, no sólo quién será nuestro/a líder, sino un modelo de partido y un proyecto programático para el país.

Yo, no tengo ninguna duda, desde el respeto a las otras candidaturas, votaré a Pedro Sánchez.


No hay comentarios: