martes, 14 de mayo de 2019

Quien pierde las formas y la educación, pierde la razón.


Frente a las descalificaciones y ataques, propongo tender puentes de diálogo, entendimiento y respeto para garantizar la convivencia entre las pedralbinas y pedralbinos.



No entiendo que la política cambie para mal a ciertas personas. Independientemente de lo que alguien piense, de sus ideas o del partido al que pertenezca, debería prevalecer siempre su forma de ser, de comportarse, la educación y el respeto. Es la única manera de convivir con éxito en una sociedad.

Digo esto porque desde que di el paso a la política local, algunas personas, por suerte una minoría, han cambiado su forma de ser respecto a mí. Han dejado de saludarme y de hablarme. Otras, incluso, se permiten el lujo de atacarme personalmente en redessociales. En fin, un conjunto de circunstancias y hechos que nunca podré entender.



Y no lo entenderé, precisamente, porque hablamos de política. Las personas que nos dedicamos a esto desde la vocación sabemos que en esta profesión hay que dejar el individualismo y el ego a un lado. Entendemos que, para aplicar medidas que mejoren la vida de las personas es necesario el diálogo, el consenso, el talante y la empatía. Y estos valores han de representar a un ayuntamiento, sea cual sea, para que este pueda proyectarlos en la ciudadanía.

¿Cómo vamos a conseguir un pueblo unido, próspero y que empiece a evolucionar si las personas que quieren entrar en sus instituciones están jugando a la división, a la acusación personal y al sectarismo?

De ninguna manera.

No entiendo ciertas actitudes del entorno del Partido Popular de Pedralba. Sin ir más lejos, la candidata a la alcaldía, Sandra Turégano, ha dejado de saludarme y me ha bloqueado en las redes sociales. Una actitud que considero del todo infantil. De la noche a la mañana he pasado a ser su enemigo. Creo que es un mal comienzo y que deja en evidencia la tónica elegida por el Partido Popular en esta campaña electoral, una basada en la fractura, la falta de educación y el poco talante político y profesional.


Parece que han perdido de vista que, pase lo que pase el 26 de mayo, todas y todos, nos dediquemos a la política o no, vamos a seguir conviviendo en Pedralba. Y tendremos que hacerlo de la mejor manera posible: sin divisiones, sin guerras, sin malos rollos. Todas y todos tenemos que propiciar y garantizar el buen ambiente y la convivencia desde el respeto.

Hace tiempo escuché en una canción del grupo Tequila aquello de: “Que el tiempo no te cambie”. Y yo añado: “Que la política tampoco”. Apostemos por la razón, el entendimiento y la educación para garantizar la mejor convivencia posible.








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