En Democracia, gusten o no gusten los resultados obtenidos
de las urnas, se asumen y se aceptan. Es
por ello que hay que dar la enhorabuena al PP de Madrid por su clara victoria.
También doy la enhorabuena a Más Madrid, fuerza progresista
que ha logrado subir 4 escaños, consolidarse y pasar a ser la primera fuerza progresista.
Consuela saber que hay una izquierda razonable, abierta al diálogo y en
consonancia con otras fuerzas de centro izquierda e izquierda.
Unidas Podemos también logró subir 3 escaños, aunque no los
necesarios, suficientes y esperados por esta fuerza política. Ante todos los
ataques, han conseguido mantenerse. Sinceramente, lamento la salida de Pablo
Iglesias. Nos podría gustar más o menos su discurso o sus formas, pero es
innegable que él marcó un hitó en el panorama político español. E hizo, junto a
Ciudadanos, reflexionar y salir de su zona de confort a PP y PSOE. Espero que,
tras la salida de Pablo Iglesias, Unidas Podemos logre mantener su formación.
Y, con mucha pena, lamento los resultados obtenidos por el
PSOE, los peores de la historia. Tras haber sido en 2019 primera fuerza
política, en estas elecciones se han perdido 13 escaños. Un PSOE con un buen
proyecto y un preparadísimo candidato, Ángel Gabilondo. Pero no era suficiente.
No se ha conseguido conectar ni consolidar el electorado socialista. Ahora es
necesaria una seria reflexión sobre el presente y futuro inmediato del Partido
Socialista de Madrid. Tocan cambios y renovación. Pero, bajo mi punto de vista,
debe ser un cambio tranquilo, organizado y sin fisuras. Quedan dos años de duro
trabajo para que volváis a conseguir ser el referente de la izquierda y
recuperar ser la primera fuerza política en Madrid. Ánimo compañeros y
compañeras del Partido Socialista de Madrid.
De Ciudadanos diré que no hay novedad. Tampoco a la vista.
Lo que ha pasado es lo que se pronosticaba. Surgieron como la alternativa de
centro. Pero resultaron ser un centro cuyas puertas solo se abren a la derecha.
Y no, no engañan a nadie.
Las elecciones de Madrid no han sido unas elecciones al uso.
En un momento social delicado. Una precampaña y campaña brusca y llena de
enfrentamientos. No se ha hablado de propuestas ni gestión. Al PP le ha bastado
con el eslogan “comunismo o libertad” y
un enfrentamiento continuo contra el Gobierno de España y contra Pedro Sánchez.
Una campaña polarizada y carente de contenido. Pero que ha calado en la
sociedad madrileña.
Por mucho que la derecha diga, no, los resultados electorales
de Madrid no son extrapolables a España. Porque Madrid NO es España. Y España
NO es Madrid. El populismo tiene las
piernas cortas. La verdadera libertad (sin
ira como decía Ximo Puig) se consigue propiciándola. Sobre todo, con
responsabilidad.
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