Frente a las descalificaciones y ataques, propongo tender puentes de diálogo, entendimiento y respeto para garantizar la convivencia entre las pedralbinas y pedralbinos.
No entiendo que la política
cambie para mal a ciertas personas. Independientemente de lo que alguien
piense, de sus ideas o del partido al que pertenezca, debería prevalecer
siempre su forma de ser, de comportarse, la educación y el respeto. Es la única
manera de convivir con éxito en una sociedad.
Digo esto porque desde que di el
paso a la política local, algunas personas, por suerte una minoría, han
cambiado su forma de ser respecto a mí. Han dejado de saludarme y de hablarme.
Otras, incluso, se permiten el lujo de atacarme personalmente en redessociales. En fin, un conjunto de circunstancias y hechos que nunca podré
entender.
Y no lo entenderé, precisamente,
porque hablamos de política. Las personas que nos dedicamos a esto desde la
vocación sabemos que en esta profesión hay que dejar el individualismo y el ego
a un lado. Entendemos que, para aplicar medidas que mejoren la vida de las
personas es necesario el diálogo, el consenso, el talante y la empatía. Y estos
valores han de representar a un ayuntamiento, sea cual sea, para que este pueda
proyectarlos en la ciudadanía.
¿Cómo vamos a conseguir un pueblo
unido, próspero y que empiece a evolucionar si las personas que quieren entrar
en sus instituciones están jugando a la división, a la acusación personal y al
sectarismo?
De ninguna manera.
No entiendo ciertas actitudes del
entorno del Partido Popular de Pedralba. Sin ir más lejos, la candidata a la
alcaldía, Sandra Turégano, ha dejado de saludarme y me ha bloqueado en las
redes sociales. Una actitud que considero del todo infantil. De la noche a la
mañana he pasado a ser su enemigo. Creo que es un mal comienzo y que deja en
evidencia la tónica elegida por el Partido Popular en esta campaña electoral,
una basada en la fractura, la falta de educación y el poco talante político y
profesional.
Parece que han perdido de vista
que, pase lo que pase el 26 de mayo, todas y todos, nos dediquemos a la
política o no, vamos a seguir conviviendo en Pedralba. Y tendremos que hacerlo
de la mejor manera posible: sin divisiones, sin guerras, sin malos rollos.
Todas y todos tenemos que propiciar y garantizar el buen ambiente y la
convivencia desde el respeto.
Hace tiempo escuché en una
canción del grupo Tequila aquello de: “Que el tiempo no te cambie”. Y yo añado:
“Que la política tampoco”. Apostemos por la razón, el entendimiento y la
educación para garantizar la mejor convivencia posible.
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