Enfadado, desencantado,
decepcionado… Cuantos adjetivos hagan falta para describir esta situación que,
al igual que yo, muchas ciudadanas y ciudadanos sentimos por la repetición
electoral. ¿En serio? ¿De verdad era tan difícil llegar a un acuerdo? ¿Tanto orgullo
sienten? ¿Dónde quedó el sentido de estado de nuestros políticos/as?
Unos le echan la culpa a Sánchez,
otros a Iglesias, otros a Rivera, otros a Casado… Pero… ¿Con eso solucionamos
algo? ¿Nadie tiene la culpa? ¿Alguien hace autocrítica? Bastante desencantada está la ciudadanía como
para haber llegado a esta situación…
El próximo 10 de noviembre
tendremos que ir, una vez más, a votar. ¡¡Ojo!! Iré a votar tantas veces haga
falta, porque es un derecho, es el derecho que tenemos los ciudadanos. Y
¡¡Aviso!! La solución no es que las ciudadanas y ciudadanos no vayamos a votar,
ya que el reparto de escaños se hará igual, con más o menos votos, pero se hará
igual.
¿Qué quiero decir con esto? Que
si los políticos no han sido capaces ni han sido responsables, tendremos que
ser las y los votantes quien debemos de serlo. Y… ¿Cómo? ¡¡VOTANDO!! Es la
única forma de transmitir y hacer notable nuestro malestar y enfado.
Yo, sinceramente, siento como si
me hubiesen robado mi voto. Como si lo que voté el pasado mes de abril no
sirviese para nada. Yo voté al PSOE. Y fue la fuerza más votada, a bastante
diferencia de la segunda (casi el doble). Y ¿Para qué? Recuerdo en 2016 cuando
mi partido, el PSOE, tomó la determinación de abstenerse para facilitar el
gobierno de Rajoy ¡¡Facilitar un gobierno al PP!! Mi enfado, al igual que el de
muchas y muchos militantes socialistas fue monumental. Es por ello que dentro
del PSOE luego pasó lo que pasó. Y… ¡¡MENOS MAL!! Pero, por responsabilidad de
estado, el PSOE tomó esta determinación.
Veníamos de unas elecciones en
diciembre de 2015 en las que no hubo acuerdo de gobierno. Se repitieron en junio
de 2016: PP 137; PSOE 85; Podemos 71; Ciudadanos 32; ERC 9; CDC 8; ONV 5; Bildu
2 y CCa 1.
El 1 de junio del 2018 se produjo
la moción de censura a Rajoy motivada por los diversos casos de corrupción en
los que el PP estuvo (y está) inmerso. ¡¡OJO!! 180 diputados se pusieron de
acuerdo (PSOE, Podemos, ERC, PDC, PNV, Compromís, Bildu, Nueva Canaria). Y es
así como este grupo de personas, que tienen ideales diferentes, consiguen que
Pedro Sánchez sea el nuevo Presidente del Gobierno.
En abril de 2019, de nuevo,
elecciones generales: PSOE 123; PP 66; Ciudadanos 57; Podemos 42; Vox 24; ERC
15; JxCAT 7; PNV 6; Bildu 4; CCa 2; NA+ 2; Compromís 1 y PRC 1. Unos resultados
similares a los de junio del 2018, pero con intercambio de roles. El PSOE
pasaba a ser la PRIMERA FUERZA.
Y digo yo… ¿Por qué el PP, por
esa misma “responsabilidad de estado” que tuvo el PSOE, no se abstiene? ¿Por
qué Ciudadanos, tanta “responsabilidad de estado” que dicen tener, no se
abstienen? Parece ser que la DERECHA son patriotas de hojalata, utilizan los
símbolos nacionales para dividir a las sociedad y se enrollan la bandera para
tapar sus vergüenzas… Porque han demostrado que, responsabilidad de estado,
CERO.
La siguiente pregunta me jode más
¿Por qué la izquierda no se ha puesto de acuerdo? Ante los ojos de la
ciudadanía, estos meses, han sido un esperpento… Reuniones fallidas, digos y
diretes, declaraciones públicas poco acertadas, propuestas no aceptadas… Un
sinfín de desencuentros. Son evidentes las diferencias entre PSOE y Podemos.
Pero… ¿No se podían haber puesto de acuerdo en nada? En el aspecto social, a mi
juicio, son muchas las coincidencias. ¿No bastaba con llegar a un acuerdo
programático? En realidad, las propuestas son lo único que interesa a la
ciudadanía. Los sillones, más bien poco… ¿Por qué Podemos se empeña en entrar
en un gobierno en el que TODOS sabemos que iba a fracasar tarde o temprano?
Ante la insistencia ¿Por qué podemos no acepta la propuesta de una
vicepresidencia y 3 ministerios? El PSOE esa oferta la hizo in extremis y a
regañadientes ¿Qué les hace pensar que conseguirían “algo más”?
Ante esta situación de bloqueo
político que estamos viviendo creo que queda más claro que nunca que las leyes,
de las cueles nos dotamos en su día, han quedado obsoletas y no solucionan los
problemas actuales. Toca una revisión, modernización y reformulación de las
mismas: Constitución, funcionamiento del Congreso y ley electoral para
garantizar una estabilidad y que, tras unas elecciones, haya gobierno.
Yo, desde mi humilde opinión, iré
a votar. Y, cómo no, volveré a votar lo que ya voté el pasado mes de abril,
PSOE. Porque es la mejor opción que considero y, un bloqueo político no me va a
hacer cambiar de opinión. Quiero que los políticos sepan el 10 de noviembre
que, sus desencuentros, no valen para que la ciudadanía tengamos dudas, sino
más bien, para afianzar nuestra postura que no nace de un capricho, sino de una
convicción.
Yo, seriamente, os animo a votar.
No vale quedarse en casa. Ellos van a ir. Como dijo la economista y
presentadora, Marta Flich, “yo prefiero ir un día enfadada a votar, que pasarme
4 años jodida por no haber ido”.