Yo no voté en las primarias del
PSOE a la Secretaría General a Pedro Sánchez, pero con el paso del tiempo ha
demostrado ser un líder a la altura de las circunstancias, con las cosas
claras, seguro de sí mismo y seguro y firme ante todas las decisiones que ha
tomado internamente.
Pedro Sánchez cambió mi opinión
sobre su liderazgo y le voté en las siguientes primarias para que fuese él, y
no otro, quien liderase la candidatura del PSOE ante las Elecciones Generales.
Con un panorama electoral
complicado por la aparición de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos, con
la sociedad española enfadada y decepcionada con los partidos tradicionales
como PP o PSOE y, además, en mi opinión, con una campaña en contra de los
medios de comunicación y algunas fuerzas políticas contra el Partido
Socialista, Pedro Sánchez lo tenía muy difícil. Las encuestas vaticinaban que
el PSOE con Pedro Sánchez iba a llevarse la hostia del siglo, incluso daban al
PSOE como tercera fuerza. Pero no, a pesar de que es cierto de que el PSOE de
Pedro Sánchez ha obtenido los peores resultados electorales de la historia,
ante una situación tan complicada, los socialistas aguantaron el tipo como
segunda fuerza más votada.
Tras las elecciones se abría una
nueva etapa de incertidumbre, donde iba a ser necesario el acuerdo entre varias
fuerzas políticas para formar gobierno. Un gobierno que, si queremos que sea de
cambio, solo puede ser un gobierno plural que congregue el acuerdo de diversos
partidos. Y, si no, no será.
Rajoy y el PP no tienen los apoyos de ninguno
de los partidos para formar gobierno, por lo que decidió no someterse a la
investidura, aunque, tan poco claros como siempre, no descartaban hacerlo porque
“son el partido más votado”. Por lo que el Rey, Don Felipe, encargó a Pedro
Sánchez que fuese él quien intentase llegar a un acuerdo para formar gobierno y
someterse a la investidura. Pedro Sánchez, aún teniendo solo 90 escaños, por
responsabilidad política, aceptó este dificilísimo encargo.
Tras muchísimas reuniones con las
diferentes fuerzas políticas, Pedro Sánchez llega a su primer acuerdo con
Albert Rivera, de Ciudadanos. Y firman un pacto de gobernabilidad, donde hablan
de propuestas y no de sillones. Este, no es un pacto cerrado, sino abierto, ya
que se necesita de más fuerzas políticas para llegar a una mayoría
parlamentaria.
Por su parte, Podemos, decide
romper (una vez más) el diálogo con el PSOE, ya que considera que el POSE ha
pactado con un partido de derechas. Lo que no recuerda Pablo Iglesias es que
sus socios griegos, Siryza, pactaron con Anel (derecha griega). Ese pacto le
parece bien, pero un pacto de un partido de centro izquierda con un partido de
centro derecha, no. ¿Curioso no? ¿O Pablo Iglesias solo quiere ser Vice
Presidente? Espero que sus mareas o Compromís e incluso Izquierda Unida puedan
reflexionar y unirse al pacto de PSOE con Ciudadanos para formar un gobierno de
cambio y reformista.
Por todo ello, como militante del
PSOE, el sábado, en la consulta interna sobre el acuerdo de gobierno, VOTARÉ
SÍ. Sí a Pedro Sánchez, sí a un pacto de gobierno reformista y plural en el que
las voces de todos sean escuchadas y tenidas en cuenta.